La tercera edad es una etapa de la vida en la que el cuerpo se vuelve más vulnerable a los cambios, más frágil, con un metabolismo más lento y con menos capacidad de regeneración y soporte ante los posibles daños que nos puedan generar los medicamentos o las cirugías. Por ello, la quiropráctica enfoca su cuidado desde un punto de vista conservador, liberando interferencias de la columna vertebral y activando así el sistema nervioso con la finalidad de aportar al paciente una mayor vitalidad o fuerza para afrontar la vida.

Si crees que no hay edad para tener un sistema nervioso sano, una columna vertebral sin interferencias y por lo tanto gozar de buena salud,estás en lo cierto. La quiropráctica ayuda a las personas mayores mantener su actividad física y así poder depender de ellos mismos.